LA CONFESIÓN
HABITACIÓN DE ESTHER. INTERIOR DÍA.
En las paredes de la habitación hay almanaques de laboratorio. En su mesa de luz hay dos copas doradas, "campeona de hockey 1936 y 1938". Pastillas. Fotos de los hijos.
SILVANA, PAULINA, SELVA, NILDA y ESTHER son las cinco ABUELAS que viven en el geriátrico y están jugando al póker. Apuestan pastillas. Tienen anotada una tabla de equivalencias de los valores de cada pastilla que apuestan. Por ejemplo: cualquier metabloqueante de Andrómaco equivale a cuatro Valium de 5 mgrs; un psicofármaco equivale a dos supresores del reflujo gástrico. Cada abuela tiene su distribuidor semanal de grageas sobre la mesa, más los frasquitos. El paño es improvisado: una frazada. Toman agua mineral. SELVA da cartas. Tiene un bastón canadiense apoyado en el respaldo de su silla. La escena se ve desde arriba de la mesa.
PAULINA
Vos le atás tantos nudos como problemas tengas... Para eso tiene doce coronas... Es oriunda del centro de Europa... Polonia, Rumania, algo así... No sé bien, pero la ataban para martirizarla, y la virgen se desataba sola. Por eso desata los problemas de los demás: antes supo desatar los de ella misma... Tiene como un lazo en la mano, que parece que es el que al final no pudo desatarse...
Las ABUELAS siguen jugando al póker. La cámara comienza a pasar por atrás de las cabezas de las mujeres, descubriendo a las contrincantes.
ESTHER
¿Estás hablando de la virgen de Sata Nudos?
NILDA
¿Y qué es Sata Nudos?
ESTHER
(segura)
Un lugar de Rumania.
NILDA
No digas pavadas...
PAULINA
...por eso a veces no puede destatarle los problemas a los otros... No puede resolver todo, la pobrecita... Y no es de Rumania, es de San José de Talar, ahí por Villa Pueyrredón, de Villa Urquiza un cacho más aca...
SELVA
(parando de dar cartas)
Poné luz, Pauli...
PAULINA
¿Satán Udos dijiste? ¿Cómo iba a ser de Satán si es una Virgencita...? Pobrecita...
SELVA
¡Luz!
PAULINA
(ofendida)
Ay, pará, ya pongo...
SILVANA
No puede ser que te tengamos que avisar cada vez...
PAULINA
¿Alguien tiene cambio de un Atlancil?
ESTHER, que va ganando y tiene una cantidad importante de pastillas, ordenadas por color y tamaño, busca el medicamento en el Vademécum. Al lado del nombre del medicamento está anotada la cantidad de Valium 5 mgrs correspondiente.
ESTHER
(hojeando el libro)
¿Estamos hablando del antiarrítmico?
(lo encuentra)
Ocho Valiums.
Le pasa el blister completo; PAULINA saca una pastillita y la pone de luz. Todas las ABUELAS levantan las cartas. PAULINA las estudia, las cambia de lugar. Está tardando. SILVANA y SELVA esperan, impacientes. A las otras les importa poco.
SILVANA
¿Y, Pauli?
PAULINA
¿Y, qué?
SELVA
(a PAULINA)
¿Abrís o no abrís? Par de Reinas...
PAULINA
(tarda un tiempo adicional; no parece entender. Al final, dice:)
No.
ESTHER, que es quien le sigue en turno a PAULINA, afirma:
ESTHER
Abro. Dos Akinetones.
NILDA
(a ESTHER, mirando el Vademécum con una lupa)
Eso te sirve a vos que tenés Parkinson.
ESTHER
Pero valen como doce Valiums.
NILDA acepta la apuesta. SELVA también la ve. SILVANA la triplica.
SILVANA
Tus dos Akinetones, más dos Tremblex y cuatro Madopar.
(sonriendo)
Ya que hablamos de Parkinson...
PAULINA no ve la apuesta. Da vueltas sus cartas. ESTHER le protesta.
ESTHER
¡Qué costumbre esa, Pauli!
PAULINA
Si ya me fui...
ESTHER
(indignada)
¡Qué importa, nosotras seguimos jugando!
ESTHER le da vuelta las cartas, no sin antes mirar una que había quedado tapada.
SELVA
Yo también me voy.
SELVA pone sus cartas tapadas en el mazo. NILDA duda, toca las pastillas, se ajusta los anteojos, que tienen un vidrio partido, y al final coloca sus cartas boca abajo sobre las de SELVA. Han quedado jugando solamente ESTHER y SILVANA. A ESTHER le toca aceptar la redoblona.
ESTHER
(sonriendo)
Tus pastillitas para no temblar, más todos los Dramammines que te quedan a la vista.
SILVANA
¿Y si me agarra la enfermedad de Meniére?
ESTHER
(a SILVANA)
Putearás un poco más, listo. Tu resto, vamos.
ESTHER cuenta el resto de SILVANA y lo apuesta. SILVANA, que parecía amedrentada, respira hondo para envalentonarse.
SILVANA
(a ESTHER)
Veo, más un frasco entero de Memorex que llevo en el bolsillo.
NILDA
(a SILVANA)
No se puede apostar lo que no está arriba del paño...
ESTHER hace un gesto para contenerla.
ESTHER
(a NILDA)
Las de afuera son de palo...
SILVANA saca tímidamente el frasco de su bolsillo y lo apoya en la mesa. Está vestida con un batón de múltiples bolsillos.
NILDA
Me parece mal pasar por sobre las reglas internas...
NILDA se toma una de las pastillas con un vaso de agua, y le indica a PAULINA qué debe tomar.
PAULINA
(hablando consigo misma)
Yo si quiero muestro las cartas, qué importa, si ya me fui...
SILVANA
(intentando amenazar a ESTHER)
Cincuenta pastillas de Memorex nuevitas, sin vencer... Y en su estuche original...
PAULINA
(sigue en su postura concentrada)
Qué importa que me vean las cartas, si ya no estoy jugando...
NILDA le pasa el vaso de agua.
NILDA
(a PAULINA)
Pero los que se quedan jugando saben cuáles cartas pueden venir o cuáles no, porque las cinco tuyas están destapadas... Si a mí me tocan tres ases y me quiero tirar al póker, en cuanto vea un as en la mesa me tengo que tirar al full. Obligada.
PAULINA
(repite)
Y a mí qué me importa, si ya me fui...
SELVA
(interviniendo)
Es muy egoísta de tu parte, Pauli. Si todas vamos a jugar así...
PAULINA levanta los hombros. ESTHER se ha pasado todo el tiempo mirando a SILVANA a los ojos, fijamente.
ESTHER
(decidida)
Acepto. ¿Cuántos Memorex entran en diez Alplax?
NILDA busca en el Vademécum.
NILDA
Treinta.
ESTHER
(a SILVANA)
...más diez Foxetín... ¿Estamos?
SILVANA
¿Foxetín que es? ¿Folletín?
ESTHER
El antidepresivo que lleva Flouxetina.
ESTHER ve dudar a SILVANA y agrega un blister de Frecuental.
ESTHER
(muy segura de sí misma, guiñándole un ojo a NILDA)
Y un Urobactrim de regalo, para las que se hacen pis encima...
SILVANA enfurece, ofendida.
SILVANA
(a ESTHER)
Sos una tarada!
ESTHER se estira sobre la mesa para agarrar el frasco de SILVANA, se lo pasa a NILDA, para que le controle la fecha de vencimiento. NILDA se cambia de anteojos.
NILDA
Fresquito...
ESTHER hace una montaña con todas las pastillas del pozo. SILVANA está enojadísima. NILDA toma el mazo.
NILDA
(a ESTHER)
¿Cartas?
ESTHER
(satisfecha)
Servida.
NILDA mira a SILVANA. SILVANA separa, primero, dos; finalmente recoge una. No puede decidirse.
SILVANA
(vencida)
...una...
NILDA le cambia la carta. SILVANA la recibe y se pone nerviosa. Tira las cinco cartas descubiertas sobre el paño, con furia. No tiene nada. ESTHER da vuelta sus cartas.
ESTHER
Escalera...
ESTHER está a punto de recoger todas las pastillas del pozo, cuando SILVANA se para. No puede más consigo misma. Se muere de odio. Va a decir algo, pero bufa y se retiene.
ESTHER
(tranquilizadora)
Bueno, si llegás a necesitar un Memorex...
SILVANA explota y tira su vaso de agua sobre las pastillas.
ESTHER
¡Ey!
NILDA
(a SILVANA)
¡Mala perdedora!
SILVANA
Vayansé a la reputísima madre que las recontra mil reparió...
SILVANA sale dando un portazo.
SELVA
Si sigue así no la va a ayudar la Virgen del Satán Urso...
TÍTULO 1: LA CONFESIÓN
Fondo negro con una lluvia de pastillas y hostias.
ESCENA 2
ASILO INTERIOR. DÍA.
SILVANA recorre pasilllos, va al comedor, pasa por delante de la ENFERMERA, que la saluda, pero SILVANA no responde a su saludo. SILVANA está malhumorada; sigue caminando, pasa frente a la cocina, el COCINERO la saluda pero ella tampoco responde, huraña. La ENFERMERA es joven y está vestida con un ambo blanco; el COCINERO es más joven que la ENFERMERA, está vestido con un delantal y gorro negros.
También vemos a una viejita que lleva unos audífonos muy visibles, y camina como en permanente estado catatónico. Es FELIPA. Cuando pasa, deja oír un lejano rastro a música tecno. Tiene el andar de una hemipléjica.
ESCENA 3
HABITACIÓN DE SILVANA Y NANCI. INTERIOR DÍA.
SILVANA llega hasta su habitación. Se acuesta en su cama. Se pueden ver los objetos en su mesa de luz, y repisas con muñequitos. Sobre la mesa de luz, una foto de una mujer y un hombre recién casados, una muñeca desflecada; frascos vacíos, un pequeño altar con una vela.
En las repisas hay elefantes de loza fileteada, dos o tres Ekekos, unas virgencitas, un hipocampo de vidrio, un cubilete de cuero, mazos de cartas.
Desde detrás del altar, SILVANA saca una petaca de ginebra y se toma un trago, la tapa y vuelve a esconderla.
Al lado hay otra cama, en donde duerme NANCI, otra de las ABUELAS del geriátrico. Está oculta debajo de las sábanas. Cuando la cámara pasa, se destapa un poco las cobijas. Es muy viejita, tiene los ojos apagados, el pelo blanco y ralo.
NANCI
(despertándose)
¿Y, nena? ¿Cómo te fue?
SILVANA no le contesta. La cámara sigue su recorrido hasta posarse sobre la mesa de luz de NANCI. Los objetos son más mecánicos. Hay un destornillador, un reloj sin carcaza al que se le ven los engranajes, un perfume, algo metálico con rosca, más pastillas. Hay un vaso con una dentadura. La cámara vuelve despacio; ya se ve la cara de NANCI completa, poniéndose los dientes. Bosteza.
NANCI
(mirando a SILVANA)
¿Otra vez?
SILVANA cierra los ojos. NANCI saca una mano de las mantas y busca el interruptor de la luz. Sin embargo, no la apaga. Se estira un poquito y endereza el crucifijo que hay en la pared.
NANCI
¿Un Memorex entero?
Apaga la luz.
FUNDE A NEGRO
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